Rafael Caride Simón, «Lutxo» y Josefa Mercedes Ernaga Esnoz, pertenecientes al comando Barcelona del grupo terrorista ETA, hacen explosionar a las trece horas y dieciocho minutos del viernes 27 de marzo de 1897, un coche bomba cargado con treinta kilos de explosivo amonal y 50 kilos de metralla integrada por diversa tornilleria y eslabones de cadena cortados, a la entrada del Puerto de Barcelona, junto al Paseo de Colón.
Como consecuencia de esta explosión fallece mientras es sometido a una intervención de urgencia, el Guardia Civil don Antonio Gonzalez Herrera, natural de Ciudad Real, de 27 años de edad, casado; y resultan heridos de distinta consideración cuatro agentes de la Guardia Civil: José Lobato Lerena, natural de Ronda (Malaga), de 28 años de edad; Francisco Javier Laparra Pérez, natural de Zaragoza, de 41 años de edad; José Estrada Rayero, natural de Valencia, de 44 años de edad y Juan ílvarez Pardo, natural de Linares (Jaén), de 30 años de edad y el Capitan de la Guardia Civil en situación de Reserva Activa Vicente Hernando Minguez, natural de Sartaguda (Navarra), de 59 años de edad; que al igual que los doce civiles heridos, transitaba por el lugar.
El artefacto habia sido colocado en una furgoneta estacionada a escasos metros de la garita de la Guardia Civil y de la Policia Portuaria de acceso al muelle del puerto de Barcelona. La explosión se origino en el momento en que el camión de la marca Scania Modelo 112 N, matricula BOR-AU 293, con remolque de gran tonelaje BOR-CY 149, de la Republica Federal Alemana, circulaba paralelo a la mentada furgoneta, dirección a la Avenida Icaria, de esta Capital.
La situación del mentado camión, si bien aminoró la expansión de metralla en dirección contraria al inmueble del Cuerpo, actuando como «Escudo Protector», motivó no obstante gran parte del incendió que se origino de inmediato en diversos vehiculos estacionados en las inmediaciones, propiciado por el caracter de la carga (rollos de tela de saco, con gran contenido plastico, muy inflamables), al tiempo que sirvió de «Pantalla Multiplicadora» para los efectos destructores del artefacto y su onda expansiva, en dirección a la Caseta de Vigilancia de la Guardia Civil, principalmente, y hacia el interior del recinto portuario de una forma secundaria.