Dos Guardias Civiles de la Agrupación de Trafico, destinados en el Destacamento de Estella (Navarra), Antonio Fernandez ílvarez, natural de Salamanca, el próximo mes de septiembre iba a cumplir 36 años de edad, casado y padre de dos hijos y José Antonio Ferri Pérez. A las siete y media de la mañana del domingo 21 de agosto de 1988, cuando a bordo de un vehiculo oficial pasaban por la confluencia del Paseo de la Inmaculada y la Avenida de Yerri, hizo explosión un coche bomba, con mas de 25 kilos de amonal y 40 kilos de metralla en trozos de acero, activado a distancia.
Los dos Guardias Civiles murieron en el acto y sus cuerpos calcinados quedaron atrapados entre los hierros retorcidos del automóvil, por lo que fue necesario utilizar cortachapas para resvatarlos.
Como consecuencia de la onda expansiva, resultaron heridos leves Maria Puig Garcia Michelena, de 24 años de edad, que se encontraba preparando el biberón de su hijo Hector, de dos meses y medio, que también fue alcanzado, siendo atendidos en el Hospital Comarcal de Estella.
Quedaron dañados numerosos coches estacionados en la zona y fachadas de viviendas próximas.
El coche utilizado para el atentado habia sido robado a sus propietarios a las dos y cuarto de la madrugada en las proximidades de la localidad. Los terroristas les dejaron encadenados a un arbol, al igual que al conductor de otro automóvil, un Renault 7 matriculado en Vitoria, que habian sustraido también a punta de pistola dos horas antes, y que se supone fue utilizado para la huida.